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El teletrabajo se queda. ¡Tu oficina en casa!

Muchos de nosotros nos vimos abocados irremediablemente a trabajar en nuestros hogares durante el confinamiento. Debíamos quedarnos en casa y así lo hicimos, improvisando sobre la marcha pequeños rincones, adaptando diversas estancias a modo de oficina, bibliotecas, aulas, talleres y lo que hiciera falta.

Para muchas personas fue solo un paréntesis y, con el paso de los meses, volvieron a sus espacios de trabajo. Sin embargo, ha habido un cambio de escenario y se han puesto en valor los beneficios que una cultura de trabajo en remoto puede aportarnos: el ahorro de costes y tiempo de traslados, la flexibilidad y la reducción del impacto medioambiental.

Antes, las ventajas del teletrabajo estaban reservadas solo para unos pocos freelancers y pequeños artesanos, pero ahora incluso algunas empresas han establecido algunos días a la semana para que sus empleados puedan disfrutarlas.

Entonces… ¿montamos una pequeña oficina en casa?

Hoy os vamos a dar algunos “homedeconsejitos” para reconvertir un rincón de tu hogar en un área de trabajo. Obviamente, si dispones de toda una estancia para reconvertirla en despacho lo tienes fácil…, pero si eres como el común de mortales y tienes que conformarte con adaptar un pequeño espacio para tal fin, ¡ponte en modo ideas!

 

Paso 1: Buscar la luz

Una pared con buena iluminación es lo ideal. La luz natural mejora el bienestar y, por tanto, la productividad y el rendimiento. Puedes aprovechar un rincón cerca de una ventana, aunque tendrás que utilizar una cortina o estor para evitar reflejos.

Si no puede ser así por cuestiones logísticas, añade puntos de luz artificial. Puedes utilizar apliques o focos direccionales, ese matiz es importante, para orientarlos hacia el punto que más te interese iluminar. Si los diriges hacia la pared, por ejemplo, la luz “rebota” e ilumina toda la zona de manera indirecta.

 

Paso 2: El escritorio

Hay muchos escritorios pensados para espacios mini. Posiblemente no sea posible colocar un gran mueble, pero si mides la pared seguro que encontrarás algo se ajuste al espacio.

Es importante que liberes al máximo la superficie de la mesa, así que puedes prescindir de poner encima todos los elementos que pueden ir colgados en la pared: apliques, archivadores, baldas, etc. También hay muchos escritorios que traen añadida una parte vertical que permite colocarlos.

 

 Paso 3. El confort

Es importantísimo que elijas adecuadamente el mobiliario, sobre todo la silla donde pasarás muchas horas. Es un detalle prioritario. Tus lumbares y cervicales deben estar protegidas. También es fundamental que la altura del escritorio se adecúe perfectamente a la del asiento.

Lo ideal es poder tener los pies apoyados en el suelo, la espalda erguida, los codos encima de la mesa y que puedas cambiar con facilidad las piernas de postura, y con ellas la espalda. Si las medidas no lo permiten, añade a la ecuación un buen reposapiés.

Y si te gusta probar cosas nuevas… ¿conoces la silla ergonómica con apoyo de rodillas? Su diseño te permite sentarte con las piernas en un ángulo más abierto, lo que ayuda a distribuir de manera óptima el peso de nuestro cuerpo y a que no recaiga todo en la zona de la espalda baja, por lo que cuenta con almohadillas en la zona de las rodillas para que puedas mantener una posición recta y firme.

 

 

Paso 4. Crea tu propia atmósfera

El estilo, tipo de mobiliario, los colores… son cuestiones muy personales y que solo tú debes escoger para sentirte en un ambiente cómodo y que te ofrezca seguridad.

Los colores influyen en nuestras emociones y estado mental, ¿lo sabías? Algunos nos relajan y otros pueden activar nuestra energía. En el ámbito del marketing, desde hace décadas,han intentado sacarle partido a esta realidad. Ya sabes que nosotros nos decantamos siempre por tonos neutros, y más aún si lo que necesitas es concentración. En todo caso, evita por todos los medios, la saturación, los colores oscuros y las superficies brillantes.

¿Y qué tal un diseño invisible?

Cumplen su función y no recargan el espacio. A nosotros nos encanta y solo necesitas hacerte con un par de caballetes o cajoneras y un tablero de cristal.

 

Paso 5. ¡Ultima los detalles y a trabajar!

Como siempre os decimos, en decoración, los detalles son importantísimos. Un pequeño objeto puede cambiar mucho la concepción de un espacio. Además, puede aportar el contraste de color que mejor se adapte a tu estilo de vida.

Plantas que aportan frescura, elementos de escritorio vintage, recuperar un mueble del trastero… Cualquier idea es válida para darle personalidad a tu pequeño reducto. Y, además, ¡es la parte más divertida!

 

Incluso puedes montar una pequeña zona para reuniones… Ahí lo dejamos… ¿no te parece lo más?

Esperamos que te hayan servido de ayuda nuestras recomendaciones para tu “nueva oficina en casa” y que, aunque sea trabajando… ¡la disfrutes un montón!

Próximamente os enseñaremos qué parte de nuestros quehaceres podemos realizar teletrabajando… ¡a ver si os gusta la sorpresa! Mientras tanto, ya sabéis que podéis llamarnos para cualquier consulta y estaremos encantados de ayudaros.

¡Que tengáis buena semana, homedecorers!